Descripción del proyecto
El hombre se valió del cobre y del bronce para la elaboración de sus armas y utensilios hasta que en la Edad del Hierro comenzó a utilizar este metal. Los afiladores y el afilado son tan antiguos como el uso de los metales, y necesarios para mantener las herramientas en las mejores condiciones. Actualmente, en el proceso de elaboración de un instrumento cortante, el amolado constituye el toque maestro final para que esa pieza inerte tome su vida útil.
El oficio de afilador de navajas, tijeras y otros instrumentos agrícolas, ganaderos, domésticos o industriales, y el hacedor de cuchillos constituían oficios diferenciados. Además, el artesano de “hacer filo” desempeñaba su oficio en cercanía directa con su cliente, ya fuera vecino o distara de su domicilio un país o un océano: los afiladores se desplazaban cientos o miles de kilómetros, por unos días o por años.
El proceso de afilar, en tanto que ocasional y rutinario, acontecía de cuando en cuando a lo largo de la vida de un cuchillo.
El oficio de afilador tuvo su apogeo en los siglos XVIII y XIX y prácticamente se extinguió en el siglo XX.
En el afilado, tan importantes eran el afilador como los útiles –ruedas o tarazanas- por él empleados. Al igual que en tantos otros oficios artesanos, aquel pequeño taller móvil fue la prolongación de sus manos y el testimonio de una intensa historia vital que tuvo su origen en Galicia. Desde el norte ourensano, el oficio fue convirtiéndose en un complemento para la economía familiar en el campo. En ocasiones, la especialización y el buen hacer, así como la inexistencia de otros recursos, determinaron que este artesano se dedicase en exclusiva a este trabajo y que el afilador fuera sólo (y todo eso) un afilador. Aquellos maestros afiladores partieron desde las tierras ourensanas hacia Castilla, convirtiéndose en gallegos de los caminos por toda la geografía peninsular.
Como trabajador temporero, de ayuntamiento en ayuntamiento en su Galicia natal, o de villa en villa en Castilla, siempre regresaba al hogar, hasta que tuvo que valerse de las oportunidades que su oficio ofrecía allende la mar océana y llegar hasta Cuba, Venezuela o Argentina para establecerse definitivamente.
Detalles del proyecto
- Fecha: Junio 2006 / Diciembre 2006
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